Paredes Interiores

20.08.2014 09:00

Las paredes interiores pueden cumplir funciones estructurales o simplemente divisorias. Pueden estar construidas en diversos materiales y de acuerdo a ellos se dividen en cerramientos pesados y cerramientos livianos.

Los cerramientos livianos son aquellos construidos en materiales livianos, como madera, cartón yeso, vidrio, telas, papel, etc. Los cerramientos pesados son los construidos en hormigón armado, mampostería de ladrillo macizo o hueco, o de bloques de hormigón, piedra, etc. El acondicionamiento acústico se logra en los tabiques interiores mediante la masa, por lo que un cerramiento liviano deberá acondicionarse agregándole algún elemento aislante, como paneles de espuma de poliuretano, yeso y otros materiales aislantes. 

En cuanto a los servicios, los tabiques interiores deben permitir el alojamiento de las tuberías de la instalación eléctrica, sanitaria y de aire acondicionado, en los casos en que deba pasar por ese sector de la construcción. En general, cuando las paredes interiores no son portantes, se utilizan materiales livianos, mediante muros dobles que albergan en su interior todas las instalaciones de servicios. Cuando la pared cumple función estructural, debe tener una estructura portante con pilares y vigas, o estar construida en materiales pesados, constituyendo un muro portante macizo. Las paredes interiores suelen tener algún tratamiento decorativo, ya sea un revestimiento, pintura, papeles pintados, u otros materiales. Las paredes interiores tendrán una constitución diferente según el material de que estén hechas. En el caso de muros livianos, no requieren de revoque, pero los muros de mampostería o piedra suelen llevar revoque para mejorar su acondicionamiento, aunque pueden dejarse los materiales constitutivos expuestos en estos muros divisorios.